Fitoterapias y aromas
Dentro del ámbito de la fitoterapia se utilizan los aceites esenciales para el mantenimiento de la salud y el bienestar; su uso ha sido milenario y son extraídos de diversas partes de las plantas, dependiendo de la especie.
ESTILO DE VIDA SALUDABLE


Dentro del ámbito de la fitoterapia se utilizan los aceites esenciales para el mantenimiento de la salud y el bienestar; su uso ha sido milenario y son extraídos de diversas partes de las plantas, dependiendo de la especie. Se ha demostrado su eficacia en el tratamiento de afecciones del aparato respiratorio y del tracto digestivo, también se han usado en afecciones reumáticas, dolor muscular y enfermedades de la piel; cuando se utilizan para el tratamiento de patologías del sistema nervioso existe la ventaja de una vía directa y rápida al cerebro.
Cuando se hace aromaterapia con aceites esenciales para tratar afecciones del sistema nervioso, la sustancia pasa a través de la mucosa de la cavidad nasal con alta irrigación sanguínea y de inmediato atraviesa el epitelio para llegar a las neuronas olfatorias, estas últimas son células nerviosas que comunican directamente el sistema nervioso central con el medio externo; lo anterior hace que el efecto del aroma sea instantáneo, sin la necesidad de usar la vía sanguínea para llegar al cerebro, lo que minimiza los efectos secundarios comunes en los fármacos sintéticos convencionales.
Distribución de los aromas en el sistema nervioso
Cuando los aceites esenciales llegan al cerebro a través de la mucosa olfatoria, se liberan dos tipos de sustancias, los neurotransmisores y los reguladores hormonales; los neurotransmisores se distribuyen por una compleja y extensa red neuronal y pasan por diferentes áreas corticales y subcorticales del cerebro. Las áreas subcorticales comprenden el sistema límbico que está involucrado en los procesos emocionales, de aprendizaje y de memoria, estos tres procesos se activan cuando llega el aroma por la vía inhalatoria; en primer lugar se activa una emoción por la asociación que hace la amígdala cerebral ante el estímulo olfatorio, simultáneamente el hipocampo relaciona el aroma con un recuerdo almacenado en la memoria y posteriormente la respuesta viaja a través del sistema nervioso autónomo. La respuesta del sistema nervioso autónomo llega a los órganos a través de ramas nerviosas simpáticas y parasimpáticas, y produce las manifestaciones involuntarias que acompañan las emociones, estas respuestas dependen de la rama nerviosa dominante de acuerdo a la emoción, se sabe que las ramas nerviosas parasimpáticas apaciguan las respuestas de alerta de las ramas del simpático activadas por estrés.
La bioquímica de la respuesta a los aromas
Los componentes de los aceites esenciales llegan a zonas específicas del cerebro donde interactúan con diferentes tipos de receptores sinápticos que pueden ser colinérgicos, gabaérgicos-inhibidores o glutamatérgicos-excitadores; por lo anterior la respuesta a los estímulos olfatorios son variadas y permiten la modulación del estado de ánimo, el comportamiento, y algunas funciones cognitivas. La acción de un aroma puede ser modificar la actividad de canales iónicos de potasio o de calcio en el espacio sináptico, otros aromas se transforman en activadores o inhibidores de enzimas como la acetilcolinesterasa y existen aromas que actúan sobre receptores de los neurotransmisores para desencadenar respuestas sedantes o estimulantes; la variedad de acciones de tipo farmacológico en la sinapsis nerviosa es lo que determina los efectos en las emociones y comportamientos del sujeto. Cabe agregar que la percepción olfativa no es imprescindible para el efecto de una esencia, porque en personas con daño en el olfato se ha determinado que hay paso de la sustancia al sistema nervioso y se logra el efecto deseado.
Efectos psicofisiológicos de los aromas
El estado emocional de un sujeto esta determinado a nivel orgánico por neurotransmisores como la serotonina, la dopamina y la noradrenalina, y también por la hormona cortisol se libera frente al estrés; la disminución de los neurotransmisores o el aumento del cortisol desencadenan efectos psicofisiológicos como alteraciones del apetito, la función sexual, el sueño, y fallas cognitivas en atención y memoria. Teniendo en cuenta que no solo son los factores externos los que determinan la ansiedad o la depresión, se ha visto que los aceites esenciales por vía inhalatoria actúan a nivel bioquímico y pueden modificar respuestas emocionales, en la medida que ayudan a disminuir niveles de cortisol y regulan los neurotransmisores involucrados en la depresión.
La percepción de un aroma genera respuestas físicas evaluables y medibles de forma objetiva, tanto en el sistema nervioso autónomo periférico como en el sistema nervioso central. Las respuestas medibles del sistema nervioso autónomo son los cambios en la frecuencia cardiaca y respiratoria, la presión arterial, la conductancia de la piel o la frecuencia de parpadeo; adicionalmente, mediante pruebas de laboratorio, se pueden detectar cambios en los niveles plasmáticos de catecolaminas y en marcadores salivales de cortisol.
En cuanto al sistema nervioso central el registro del electroencefalograma muestra que la inhalación de los componentes de los aceites esenciales provoca cambios, principalmente en las actividades alfa, beta y theta de diferentes regiones cerebrales, algo que tiene efecto en las funciones cognitivas; se observa que al reducir el nivel de estrés, mejora el estado de alerta con aumento de atención y memoria.
Los efectos psicológicos de los aromas inhalados son de carácter subjetivo, y estos se evalúan mediante escalas que miden características o actitudes que reporta el sujeto.
Aromas más usados en afecciones del sistema nervioso
Entre los aromas más usados sobresale el de lavanda, diferentes cítricos, romero, menta, jazmín, rosa, sándalo o salvia, entre otros.
ROMERO: Tanto la planta de romero como su aceite esencial son usados desde la antigüedad para ayudar a mejorar la memoria y aclarar la mente. Su acción es sobre una estructura cerebral llamada locus ceruleo, situado en el tallo encefálico que libera noradrenalina y tiene un efecto estimulante sobre el sistema nervioso central.
LAVANDA: los componentes del aceite esencial de lavanda tienen actividad farmacológica sedante, ansiolítica y antidepresiva. Se ha utilizado por vía oral e inhalatoria y los estudios han mostrado efectos rápidos. La medición de la actividad cerebral como respuesta a la sustancia, muestra aumento de la actividad alfa y beta en la región frontal del cerebro; también se ha comprobado una disminución de las sustancias encargadas de activación neuronal en zonas como el hipotálamo y la amígdala que pertenecen al sistema límbico. La inhalación durante 60 minutos provoca efecto ansiolítico, con cambios comportamentales observables, como son el incremento de la interacción social y la disminución de la actitud agresiva. En mujeres en postparto, la inhalación de tres gotas de aceite esencial de lavanda cada 8 horas durante 4 semanas, tiene un efecto preventivo del estrés, ansiedad y depresión posparto.
Mecanismo de acción de la lavanda:
Efecto sedante: la actividad sedante y relajante se basa en la inhibición de la liberación del neurotransmisor acetilcolina en la unión neuromuscular para relajar musculatura, esto facilita la conciliación del sueño con mejora sustancial de la calidad de éste; se ha demostrado que con la inhalacion de 0,25 ml de aceite esencial de lavanda durante 20 minutos, dos veces a la semana, un total de 12 semanas, se repara significativamente la calidad del sueño, con un efecto que se prolonga hasta una semana después de haber finalizado la inhalación. Cabe agregar que no actúa sobre el receptor del neurotransmisor GABA lo que evita evita la somnolencia prolongada.
Efecto cognitivo: La lavanda mejora la función cognitiva mediante la modulación de la actividad eléctrica cerebral porque inhibe la liberación del neurotransmisor glutamato que es excitatorio, ejerciendo un efecto neuroprotector en el hipocampo. Se ha mostrado que después de inhalar lavanda se pueden realizar cálculos matemáticos con más precisión y rapidez porque este aroma contribuye a reducir la activación estresante provocada para el cálculo mental y conduce a un mejor rendimiento.
Efectos sobre el estado emocional: Los efectos sobre la depresión se explican por el aumento de la disponibilidad del neurotransmisor noradrenalina; Adicionalmente, la lavanda aumenta la serotonina disponible en el cerebro, logrando un efecto ansiolítico y antidepresivo; la acción se ejerce sobre el transportador de serotonina en el espacio sináptico para evitar la recaptación y dejarlo disponible en áreas del sistema límbico como el núcleo estriado, el hipocampo, y el córtex anterior cingulado.
Efecto sobre el estrés: actúa sobre el sistema nervioso autónomo y disminuye los niveles de cortisol responsable de síntomas como fatiga mental, inquietud, agitación e insomnio; este efecto se ha comprobado al medir marcadores salivales de cortisol y niveles plasmáticos de catecolaminas. La lavanda puede mezclarse con esencia de Bergamota para potenciar estos efectos sobre el estrés.
Pasando ahora a los aceites esenciales de la familia de los cítricos se ha demostrado en mayor o menor grado efectos sedantes. Entre los cítricos se destacan los siguientes
BERGAMOTA: disminuye la fatiga física y mental, la tensión y la ansiedad, así como la confusión mental; actúa incrementando la actividad del sistema nervioso parasimpático, encargado de disminuir las manifestaciones físicas del estrés que desencadena el sistema simpático. El mecanismo de acción se basa en el incremento de los niveles extracelulares de GABA, un neurotransmisor inhibitorio con receptares benzodiacepínicos. También actúa disminuyendo el cortisol y aumentando niveles de serotonina.
NARANJA AMARGA: para tratamiento del insomnio, ansiedad y nerviosismo, actúa a través de una modulación serotoninérgica.
NARANJA DULCE: El aceite esencial administrado por inhalación, muestra actividad ansiolítica y sedante sin que interfiera con los niveles plasmáticos de melatonina y cortisol
LIMÓN: puede normalizar la inmunosupresión inducida por estrés y muestra un potencial efecto antidepresivo; esta actividad se debe a una modulación de la transmisión serotoninérgica y dopaminérgica.
LIMONENO: tiene mucho porcentaje de naranja dulce y amarga y un cincuenta por ciento en bergamota. Atenúa la respuesta al cortisol, reduciendo el estrés físico y psicológico; actúa incrementando el neurotransmisor GABA y reduciendo el glutamato, también modula el sueño por estimulación del receptor A de la adenosina, una sustancia induce el sueño.
Bibliografía
Roser Vila Casanovas Aceites esenciales y estado de ánimo. Artículo que se genera de una traducción adaptada del discurso de la doctora Roser Vila Casanovas en el acto de ingreso como académica correspondiente de la Real Academia de Farmacia de Cataluña, el 3 de Junio de 2019