Puericultura del adolescente

El adolescente es un sujeto en proceso de desarrollo. La adolescencia se aborda desde la medicina teniendo en cuenta los cambios físicos y fisiológicos que están ocurriendo en esta etapa de la vida.

EJERCICIO CEREBRAL

Yolanda Giraldo

2/3/20248 min read

El adolescente es un sujeto en proceso de desarrollo. La adolescencia se aborda desde la medicina teniendo en cuenta los cambios físicos y fisiológicos que están ocurriendo en esta etapa de la vida. Como el ser humano es integral es fundamental a la hora de mirar al adolescente, tener en cuenta los aspectos psicológicos y sociales que han sido estudiados por otras disciplinas como la psicología y la sociología. Si se tiene una mirada amplia del adolescente será más fácil comprender los grandes cambios que vive y posiblemente se llegará a una mejor relación con él.

El objetivo fundamental del adolescente es establecer una identidad. Este proceso de búsqueda lo vive de acuerdo a las características individuales, a las experiencias previas y a la cultura a la que pertenece. Estabilizar la personalidad implica una pérdida del equilibrio emocional y en este proceso de cambio la aparente patología puede admitirse como parte integral de este periodo de la vida.

La postmodernidad ha traído un nuevo tipo de adolescentes que hace cada vez más compleja la definición y el abordaje. Se requiere evaluar la actitud del adulto para lograr un acercamiento y mayor conocimiento de los adolescentes buscando mejorar las relaciones que cada vez son más distantes y conflictivas.

A continuación se hará una descripción de la situación actual para luego plantear alternativas de acompañamiento del adolescente.

Duelos del adolescente

En un texto de los años 80 de Arminda Aberasturi y Mauricio Knobel titulado La Adolescencia normal, se plantea la adolescencia como un proceso normal en el cual se viven varios duelos:

El duelo por el cuerpo infantil perdido y un adolescente espectador de estos cambios. Duelo por el rol y la identidad infantil que implica renunciar a la dependencia de los padres. Un tercer duelo por los padres de la infancia con la dificultad para los padres de aceptar el envejecimiento y la pérdida del niño. Y se habla además de un cuarto duelo por la bisexualidad infantil.

En el momento actual hay controversias acerca de estos duelos, ya que el adolescente ocupa una nueva posición en la sociedad. La tendencia actual de pasar por todo tratando de evitar el sufrimiento, no da lugar a duelos que implicarían perdidas dolorosas, crisis serias y esfuerzo psíquico para superarlos.

El duelo por el cuerpo perdido se presentaba porque el niño era un ser mimado por su belleza angelical y de otro lado el cuerpo adulto era digno de admiración y respeto. El cuerpo del adolescente no era bonito por su desproporción y el adolescente sufría al vivir los cambios de su cuerpo. Hoy se muestra un modelo adolescente con piel bronceada y proporciones hechas en los gimnasios y los quirófanos. El adolescente pierde el cuerpo de niño y se encuentra con un cuerpo declarado ideal social, el duelo es ahora por la falta de perfección y no por el cuerpo perdido.

El duelo por los padres de la infancia no se vive porque los padres actuales buscan identificarse con el adolescente. No dan pautas de crianza rígidas pues renunciaron a las que recibieron y peor aún no tienen pautas claras sobre el acompañamiento de los adolescentes. Creen que los hijos tienen la sabiduría y su tarea es dejar que la creatividad surja sin crear interferencias. Son compinches, se visten como sus hijos, y fomentan la dependencia. No hay un modelo adulto que el adolescente pueda incorporar en su búsqueda de identidad.

El duelo por la identidad infantil no logra darse porque hoy impera una educación no frustrante para los niños, nada se les niega. Lo que propone la sociedad de consumo es que los deseos de la infancia no se abandonen porque se puede tener un pensamiento mágico infantil en el que todo lo que se desea se consigue con dinero.

El último duelo que tiene que ver con el duelo por la bisexualidad infantil, se refiere a que el adolescente debía lograr una identidad sexual encaminada a la búsqueda de una pareja heterosexual. Hoy la homosexualidad no se considera una patología psiquiátrica como lo era antes. Se tolera en los adolescentes encuentros sexuales diversos mientras definen su identidad, y además los medios de comunicación proponen modelos bisexuales y homosexuales. Hay una educación encaminada a tolerar la diferencia.

Búsqueda de identidad.

La búsqueda de identidad no siempre genera crisis en los adolescentes, ya que no son todos iguales y pertenecen a diversas familias y culturas. Algunos adolescentes criados en el autoritarismo parecen conformarse y asumen una identidad adulta sin conflictos. Otros manifiestan abiertamente su deseo de libertad e identidad generando conflictos con los adultos. Existen otros adolescentes que se quedan ancladas en una etapa cómoda donde no se asumen responsabilidades ni se adquiere una identidad adulta.

En la postmodernidad viene apareciendo un tipo de adolescente que busca identidad sin que aparezcan mecanismos revolucionarios en este proceso porque lo que se hace es adquirir una identidad mediante el plagio, es decir, el adolescente imita al modelo que está de moda. El fenómeno que se observa es la desaparición de la individualidad, la masificación y la tendencia a ser como si fuera otro. Son adolescentes poco interesados en lo que pasa a su alrededor, no hay responsabilidades ni compromisos. La comodidad que les ofrece el mundo parece haber ganado la batalla y su rebeldía no obedece a ideales y convicciones sino al deseo de adquirir más privilegios.

La búsqueda de identidad se viene complicando porque el adolescente es importante para los medios masivos de comunicación. Es el nuevo modelo de la estética dentro de un ideal social donde ha adquirido vigencia lo hermoso y lo joven. La adolescencia ya no es un periodo de transición en el que se esperaba llegar a identificarse con el adulto. Los adolescentes postergan sus responsabilidades y siguen disfrutando lo bueno de la infancia con la libertad de los adultos. Esta prolongación de la adolescencia tiene sus orígenes entre otras cosas, en la falta de oportunidades de trabajo y en las exigencias de una formación profesional cada vez más larga.

Relación con los adultos

Los adolescentes representan un grupo social que ha sido visto como problemático por muchos adultos. Los prejuicios y las dificultades en la crianza hacen que para algunos adultos esta etapa de sus hijos termine en verdadero caos familiar. Para mirar esta relación hay que tener en cuenta los dos puntos de vista:

En primer lugar los adultos tienen dificultades para aceptar las fluctuaciones en el estado de ánimo del adolescente. Estas ocurren por las ansiedades del cambio, ya que el adolescente siente temor a perder lo conocido, pero se niega a reconocerlo. Es así como se mueve entre la independencia y la dependencia de sus padres. También es difícil para el adulto aceptar la genitalidad del adolescente y la libre expresión de la personalidad. Muchas veces este rechazo se manifiesta dando excesiva libertad a los adolescentes que es lo mismo que abandonarlos.

Algunos padres refuerzan el autoritarismo al sentirse amenazados por el adolescente y usan la dependencia económica como medio de control. En ocasiones llegan al extremo de la violencia porque están desesperados. La severidad con que a veces se pretende controlar a los adolescentes genera mayor distanciamiento y conflicto

Los adolescentes por su parte son seres que se hacen cargo de los conflictos de los demás y asumen los aspectos más enfermos del medio por su debilidad en esta etapa de la vida. La búsqueda de identidad los lleva a comportarse como varios personajes en un mismo día. Defiende sus valores y desprecian los que le quiere imponer el adulto. No aceptan consejos y cuando los controlan sienten que controlan su mundo interno.

En la postmodernidad las relaciones entre adultos y adolescentes se hacen cada vez más difíciles. Sus discusiones se basan en lo cotidiano y no en un enfrentamiento ideológico. Ya no hay deseo de comunicarse porque se piensa que no pueden comprenderse. Hay indiferencia entre padres y adolescentes y huyen los unos de los otros. Ha proliferado el fenómeno de maltrato hacia los padres ya que los adolescentes generan miedo en las generaciones mayores que están desconcertadas frente a la actitud desafiante y poco respetuosa del adolescente.

Acompañamiento de los adolescentes

Después de analizar lo que esta pasando con los adolescentes en la postmodernidad es necesario plantear alternativas de acompañamiento inteligente y afectuoso por parte de los adultos, buscando cambiar actitudes que han surgido al interior de una sociedad consumista que atrapa a los adolescentes y logra descontrolar a los adultos que son quienes deben tomar el liderazgo en la crianza.

En primer lugar es necesario cuestionar la posición de los adultos. Si no hay un cambio de actitud en ellos se continuara observando el caos de los adolescentes. Se requieren adultos equilibrados y con claridad en sus valores, porque solo cuando estén seguros de lo que es correcto podrán guiar al adolescente hacia un pensamiento crítico que le permita tomar decisiones acertadas frente a los valores que le presenta el medio.

La libertad que exigen los adolescentes debe darse con límites y supervisión permanente. Los adultos no pueden seguir acobardados frente a la actitud de los adolescentes en una sociedad que muestra permanentemente ideales de violencia y poder. Las normas deben ser claras y coherentes. Las consecuencias pueden ser acordadas con el adolescente y se debe cumplir con la sanción cuando se incumplen las normas. Se requiere definir los comportamientos aceptables y tener rutinas familiares para fomentar la disciplina. Hay que tener en cuenta que el adolescente confronta la norma cuando no ve claridad en ésta. Los adolescentes que crecen en hogares democráticos donde se aprende con el ejemplo y una adecuada asimilación de la norma tienen mejores posibilidades de actuar de manera acertada frente a las situaciones que les plantea el mundo. El autoritarismo no fomenta la autonomía ni el pensamiento crítico.

El proceso de búsqueda de identidad seria ideal si los adolescentes pueden apoyarse en un adulto que logra identificarse como tal y que le permite al adolescente buscar su propia identidad sin imponerle modelos ideales que no están acordes con su carácter. La búsqueda de identificación con sus pares es un proceso normal y no debe angustiar a los padres verlos con atuendos y peinados que los identifican como adolescentes. Se debe procurar respetar sus gustos frente a la moda y no ridiculizarlo para que los abandone.

Las relaciones que se establecen entre padres y adolescentes son consecuencia del proceso de crianza en que venia la familia. La estabilidad de los afectos, la forma en que se solucionan los conflictos y el respeto mutuo permiten vivir relaciones mas tranquilas. El dialogo con el adolescente no empieza en este periodo, debe haberse fomentado desde la infancia para que se puedan tener diálogos serios sobre los ideales y valores. El adulto debe ser capaz de llegar a acuerdos con el adolescente sin olvidar su posición de adulto, es decir, no debe ser un amigo o compinche. Es adecuado pedirles opiniones y respetar sus respuestas ya que si reciben respeto ellos se respetan y toman mejores decisiones sobre su vida. Hay que demostrar aprecio por los esfuerzos y logros del adolescente porque el estímulo da mejores resultados que la crítica en el proceso de crianza.

Los padres son educadores en muchos aspectos de la vida del adolescente, la información que dan sobre sexualidad no debe ser permisiva y debe estar ligada al afecto. Tanto padres como educadores deben buscar una educación para la libertad que permita formar adolescentes con mayor motivación por la vida, por el esfuerzo, la solidaridad y la autonomía.

Bibliografía

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